martes, 22 de julio de 2014

Las brujas de la sopa (primera parte)


Double, double, toil and FAIL

 Las Brujas de La Sopa


 - Oh, sopa de nuevo- les dijo él
- Siempre comerás sopa con nosotras, hasta morir - le dijeron las brujas, mientras sus sonoras y molestas risas se esparcían por la habitación, al igual que el fuego se esparce sobre la gramilla seca en invierno. Sin embargo, había una que no sonreía; habitualmente nunca lo hacía, sólo se veían casuales contorneos de labios hacía la izquierda, o hacía la derecha cuando disfrutaba del placer de ver sufrir a los demás, de ver como sus falsos intentos de querer avanzar en la vida caían como soldados acribillados por tanques de guerra. En ese instante, se levantó, se acercó al muchacho y le dijo: - Todos, y cada uno, van a tener que tomar sopa mientras yo siga con vida; lo cuál siendo bruja aparentemente es para siempre. Así qué váyanse acostumbrando, o dejen la ciudad y nunca regresen. -
El muchacho, aunque asustado, en lo más profundo de su alma sabía que no quedaban muchas alternativas. Discutir ya era en vano, si siempre salían ganando ellas, y las palabras flotaban en el aire por un instante, para luego oxidarse, disolverse en átomos, luego en protones y electrones.
- Me gustaría entender por qué. Cuál es el propósito de todo esto. - les dijo el muchacho.
- Jaja - rieron - el muy imbécil cree que hay un propósito - dijo una, la más joven, la que no hace mucho había empezado a formar parte del aquelarre.
- TODOS, y no me voy a cansar de repetirlo, muchacho, TODO AQUEL QUE DECIDA VENIR A ESTE LUGAR DEBE TOMAR SOPA SI PRETENDE IRSE ALGÚN DÍA!!!! - dijo la bruja, furiosa, aunque su estatura no superaba a las demás, ni mucho menos al muchacho. Este se sintió intimidado. Algo en la energía que transmitía la presencia de la bruja hacía que toda persona mirara hacia el suelo, bajara la guardia.
- No pienso abandonar este lugar. Nunca van a lograr que me vaya. He de tomar sopa si así lo quieren, hoy. Pero les juro ante todas las entidades celestiales que algún día en su mera existencia, se van a arrepentir de todo esto. Hay un enemigo que nunca van a poder vencer, y este es la Muerte, que cuando golpee sus puertas, se darán cuenta que la vida era otra cosa en lugar de hacer sufrir en vano a los demás. Son parte de una maquina que se come a la gente, que se alimenta de nosotros mismos, y ustedes le dan cuerda al eje que la mueve. Brujas malditas, ojalá puedan conectarse con ustedes mismas, ese es mi deseo hacia sus almas, si es que todavía las conservan. -

Y así, el muchacho se retiro, una vez más sin tomar la sopa, aunque de su corazón no dejaban de irradiar miles de rayos de luz de esperanza. Los intentos podrán ser fallidos hoy, pero valdrán la pena mañana. Eso lo saben hasta las mismas brujas, y es a eso mismo a lo que más le temen, porque para ellas no había peor enemigo que ver crecer a los demás, y la insistencia las asustaba. El muchacho sabía que hoy sólo era un día más tachado en el almanaque, el cuál marcaba la llegada de ese día en el que se despediría de las brujas para siempre, de toda esa porquería. Un día que, aunque él no lo sabía, estaba a tan sólo una mirada positiva, a dos pasos de un cambio de actitud.

Continuará...