lunes, 25 de mayo de 2015

26 Hojas En El Árbol




Me tomé el atrevimiento de pedirle al universo los tres deseos en uno, ya que en el instante cuando el calor de la llama comienza a derretir la parafina, lo supe. Supe que era el mismo deseo para las tres oportunidades y pensé, tal vez, que combinándolos sería más poderoso y el mensaje quedaría más claro. Mi deseo fué, es y será que aquellas almas que hoy me acompañan desde donde están, en pensamiento o en forma física, en mi rutina o momentos festivos, en la intimidad o en el trabajo, en el estudio, en el parque, entre mates o revueltitos de verdura, con un palabra o un abrazo, tal vez un beso...siempre estén y sigan iluminando, sigan acompañando, sigan brindandome lo mejor de todas ellas, su luz, su amor y su verdad.

Llegué a los 26.

Haber nacido en otoño es de todas las cosas la sensación más profundamente extraña y feliz. El frío de las hojas en el suelo y los árboles listos para dormir provocan en mí el deseo de fogatas en el hogar y aroma a leña quemada. Antaño habrá sido aquel sentir al mirar por la ventana y percibir la nostalgia de algo que no se explica. La calidez de las personas que me eligen, que eligen darme su amor, brindan cosquillas de calor con sus abrazos, sopas calientes, una caricia entre guantes y camperas.

Mi agradecimiento es infinito, como el universo que me brindó otra oportunidad, un año más. Más anécdotas, más aventuras, menos dolor, menos rencor. Amor, Luz, y Verdad