sábado, 14 de febrero de 2015

El Día de Los Enamorados


Que no se confunda el amor...por favor.
Que ninguna estrella se estrelle y se fumigue.
Que salga el sol y se entierre por siempre.
Que el río sea río y se extienda.
Que el camino sea compartido y respetado.
Que la caricia se congele y perdure.
Que la verdad hable por sí sola.
Que las intenciones sean buenas.
Que las lecciones sean eternas y sabias
Que la luz, sobre todo, se ilumine y se expanda.
Que el color penetre las pupilas.
Que la raza sea una hasta no existir.
Que la tierra nos proteja y cobije.
Que el fuego nos derrita en la cama.
Que el agua nos arrastre y purifique.
Que el aire sea el motor eterno de felicidad y vida.
Y que el amor a la vida sea aquel que dure para siempre y por siempre.

Reflexiones de La Existencia Utópica VII: el Ego



Mi ego se pregunta una vez más... ¿y yo para cuándo?... No sé - le digo - callate que estoy pensando en otra cosa más importante. ¿En qué? ¿Qué puede ser más importante que yo?... ¡Basta! - le grito enfurecido - No tengo tiempo para esto. No me hagas preguntas raras. No tengo la bola de cristal. No sé cuándo te va a llegar a vos. Ya llegará. No seas tan infatíl.
Y llora...y me duele verlo llorar, pero no puedo darle lo que quiere. No es tan fácil. O tal vez sí, pero no tengo muchas ganas de pensar, ni de hacer, ni de arriesgarme. Parece más fácil no tener ganas de nada. Algunas veces sólo parece, pero no lo es. Y el ego lastimado es peligroso, no lo puedo dejar andar por ahí así como así. Se le dá por lastimar a otros, y se queda sólo, más de lo que dice estar. Y vuelve a casa, y llora, y nada lo consuela, y ya es incómoda la situación, peligra la integridad del ser, todo se tambalea, hay grandes desequilibrios. Depende de mí, lo sé, que se sienta mejor, pero es tan exigente a veces, y parece no querer entender. Por ahora sólo voy a darle tiempo, tal vez la paciencia es la materia que debe aprender mejor. Tal vez, porque no quiero pensar mucho.

Reflexiones de La Existencia Utópica (Incompleto)

No me quiero perder en el rebaño, mas sí sobrevolar libre en el viento y alejarme de la garra de lo normal, de una humanidad que no entiendo, de la que no me siento parte...